La edificación del monumento a la Paz surgió como idea de la entonces Primera Dama
de Venezuela Betty Urdaneta de Herrera Campins, trujillana, y la Gobernadora de esa
misma entidad Dora Maldonado de Falcón. La Virgen de la Paz es la patrona de la ciudad de Trujillo desde
el siglo XVI.
El 21 de diciembre de 1983, año bicentenario del nacimiento
de Simón Bolívar, se inauguró El Monumento a la Paz , cuya construcción
duró 18 meses, con la bendición litúrgica del recién ordenado cardenal José
Alí Lebrún Moratinos. La estatua muestra a la Virgen María con una
túnica azul, obra realizada por el escultor Manuel de la Fuente y el ingeniero
Rosendo Camargo y contó con la colaboración del presbítero Juan Francisco
Hernández. El monumento está levantado sobre una estructura de acero, que
constituye el esqueleto de la escultura vacía en concreto, tiene un peso de
1.200 toneladas repartidas en 46
metros de altura, de las cuales 8 toneladas es el peso
tan sólo de la cabeza de la efigie. El costo de este monumento que rinde
culto a la advocación de María fue de 9.000.000 de bolívares venezolanos.
A pesar de que el Papa Juan Pablo II nunca visitó
Trujillo, la dedicación del monumento a la Paz contó con la presencia del embajador de
Venezuela ante el Vaticano, Luciano Noguera Mora y vino acompañada de un
mensaje televisivo del Papa que se difundió a la comunidad católica venezolana.
En el discurso que pronunció el escritor trujillano Mario
Briceño Perozo, durante la dedicatoria del monumento, al referirse a la
tradición de subir hasta la Peña
de la Virgen ,
dijo:
“Los alrededores de la peña ofrecían una vegetación exuberante.
Los cafetales empapados de rocío bajo la protección de los altos bucares
coronados de púrpura silvestre. Y a ambos lados del sendero de musgo, los
helechos, el estoraque y las pascuitas que bajarán a la ciudad a perfumar el
pesebre casero.”
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