Bajando la montaña desde la base de la peña de la Virgen , por senderos no
pavimentados a un costado del monumento, se llega a unas cuevas a donde se
puede entrar, denominadas en conjunto «cueva de la Peña de la Virgen II ».
El folclore local reconoce que las cuevas se
interconectan y que los indios del pasado las usaran no solo para sus
ceremonias religiosas sino también para trasladarse a través del Estado. Otras
cuevas y grutas a pocos kilómetros de radio en los alrededores de la ciudad de
Trujillo incluyen las Cuevas de la
Peña de la
Virgen I , «cueva El Zamurito» y «cueva El Ronco». Sin
embargo, los movimientos de las montañas andinas a través de los años
han cerrado definitivamente los supuestos pasadizos.
Los fieles de la
Virgen visitan con frecuencia estas cuevas, a menudo en
Procesiones Religiosas de Feligreses, y agradecen los favores de la Virgen colocando sus
ofrendas y velas. Hay dos miradores por la parte posterior del monumento.
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